Podemos (II)

 Dos profesores de universidad, uno llega y el otro se va, porque como diría la madre de Boabdil , llora como una mujer lo que no has querido defender como un hombre.

Política viene del griego “polis”, que significa ciudad y, lógicamente, hace referencia a todo lo que se relaciona intrínsecamente con ésta.

Es política, para Aristóteles, y para mi, todo lo que se basa en esa relación social que representa el hecho de convivir en una misma agrupación espaciotemporal, que implica una especie de relación interpersonal específica.

Como todo hecho social, al afectar a una pluralidad de individuos ha de regirse por una serie de normas que traten de conciliar los intereses, muchas veces opuestos, de los que en ella habitan y que hemos dado en llamar ciudadanos, derivado en este caso de la palabra «civitas», que significa igualmente ciudad.

Desde aquella originarias agrupaciones de los neardentales y de los cromañones, éstos tuvieron que acostumbrarse a soportar ciertas limitaciones en sus conductas motivadas por la presencia junto a ellos de los demás.

Allí, así y entonces nacieron esas iniciales normas reguladoras de una convivencia absolutamente necesaria que, con el tiempo, se convirtieron en el derecho civil, el administrativo y el político.

De modo que cuando el estagirita dijo aquello de que la política es el arte de lo posible no hacía sino comprimir un hecho evidente: que los que gobernaban sólo hacían lo que, en cada momento, era posible hacer.

Y todo esto a propósito de Podemos y de su fantástico líder Pablo Iglesias.

Todos estamos pendientes de ellos. Unos, con la esperanza de que, al fin, alguien y algo sean capaces de invertir el rumbo de la historia, que el hipócrita Fukuyama afirmó falazmente que se había acabado cuando ni siquiera había empezado a comenzar.

Otros, invadidos por el miedo a perder todo lo que tienen, que es precisamente eso, todo, porque las pocas migajas que dejan caer de sus fastuosos y canallescos banquetes, llegan hasta nosotros porque no lo pueden evitar, no olvidemos ese espontáneo grito de la Fabra “que se jodan, coño, que se jodan”, expresivo de un odio a muerte a todas esas otras personas, nosotros, que nos morimos de pura miseria en el desierto de los tártaros, pero que no dejamos de ser una amenaza por si algún día despertamos.

¿Despertaremos? Quién sabe.

Pablo y su gente, la hermosa gente, están en ello.

Confieso paladinamente que, al principio, pensé que Podemos iba a ser una nueva edición del 15M y, auque el propio Iglesias dice que sí, yo digo rotundamente que no.

El dice que sí porque es lo que ahora mismo conviene a fin de no estrecharse él mismo el campo de recolección de la mies, que es mucha, muchísima.

Cuando ayer veía el vídeo de su conferencia en el Ritz, que ese ejemplo de generosidad que es futbolín me envió, le oí una frase que me encantó: “yo soy de izquierdas”, ahí está y ahí acaba, a mi modesto entender, las coincidencias entre uno y otro movimiento.

Mientras el 15M decía que ellos no querían intervenir directamente en política alineándose con uno u otro bando sino tan sólo concienciar a la gente, pero manteniendo unas neutralidad, independencia e imparcialidad absolutamente imposibles, lo 1º que hace Podemos en lanzarse “in media res”, entrar en la política tan violentamente incluso que ha levantado el entusiasmo de las víctimas y el temor de sus verdugos.

Excepto Público, Infolibre, eldiaro.es y algún otro quizá que yo no sé o del que no me acuerdo, la reacción ante su presencia es tan radical y violenta que, a mi, por lo menos, no me cabe la menor duda de que han acertado.

Aunque sólo fuera por eso, por haber hecho caer todas esas máscaras detrás de las que se escondían toda esa inmensa legión de rufianes en que se ha convertido la prensa canallesca que, en lugar de informarnos, trata por todos los medios de engañarnos, vale la pena la existencia de un movimiento así.

Hacia un nuevo Manhattan sólo que universal

 

 En 1.989, Depósito legal:BI-185, se publica mi obra Los jueces de Israel, en cuya página 150, se dice: “Señor Fiscal, yo no quiero que haya niños apátridas, sin hogar y sin tierra, primero, porque creo que eso es un crimen de lesa humanidad y, segundo, porque considero que, mientras haya niños así, sin patria y sin hogar, habrá terrorismo en el mundo, y sus hijos y los míos, señor, no podrán estar seguros nunca, sea cual fuere el lugar al que los enviemos, ya sean los rascacielos de Manhattan o los kibutzs del desierto….”.

 O sea que, aplicando la puñetera lógica, predije con milimétrica exactitud, el horroroso e incalificable atentado del 11 de septiembre de 2.001 contra los dos famosos rascacielos de Manhattan, 12 años antes de que se produjera.

 Aplicando la misma puñetera lógica, se puede predecir con la misma seguridad, que esta situación que ahora padece todo el mundo algún día se tiene que concretar, no en un atentado tan horroroso o más que aquel, sino en un levantamiento universal de todos los oprimidos contra todos los opresores.

 Por supuesto que no es ni mucho menos inmediato, ni siquiera previsible todavía, pero es inevitable porque todo tiene un límite en este asqueroso mundo y ya está suficientemente comprobado que la avaricia insolente del capitalismo no tiene hartura porque forma parte intrínseca del alma humana ese afán inextinguible de acaparar lo que sea, tanto más cuando se trata de dinero y de poder. Porque el dinero y el poder los hace como dioses y éste afán de ser divinos también forma parte inevitable de la jodida condición humana.

 El mundo se está polarizando hasta límites insoportable entre ricos absolutos y pobres de solemnidad y la distancia entre ambos bandos no sólo es material sino también emocional.

 Resulta que los ricos odian a muerte a los pobres sin que se sepa muy bien por qué. “Que se jodan, coño, que se jodan”, gritaba hace poco en el Congreso, la cachorra de Fabra. ¿Miedo a que, al fin, comprendan que su única solución es una revolución integral que ponga todo el mundo patas arriba de tal manera que no haya más remedio que empezar otra vez y que ellos pierdan así todos sus inicuos privilegios?

 Y se me dirá: “pero si eso ya está ocurriendo a escala nacional en algunos países que ya pasaron por ese sarampión comunitario que v. pronostica y la sociedad ha vuelto a estructurarse de nuevo con miles de millones de pobres y unos cuantos, muy pocos, ricos, véase, si no la Rusia actual”.

 No sé, tal vez sea ésa la lección inexorable de la Historia. Quizá no haya posibilidad de redención para el ser humano.

 Pero a mi me gustaría mucho creer que sí, que es posible que el hombre deje de ser ese lobo hambriento para el hombre que devora cada día miles de semejantes, entre los que se encuentran viejos como yo, mujeres como la mía y niños que apenas si han acabado de nacer.

 Si no ese dicho tan gracioso de “paren este mundo un instante que yo me bajo” dejará de ser un chiste para convertirse en el deseo humano de la mayoría.

 

Escribiendo un poco sobre lo que realmente parece un «temita»

 Siempre he dicho que soy un perfecto fracasado, por lo menos en lo que se refiere a mi faceta como comunicador, en los 2 o 3 grandes temas que continuamente trato no consigo transmitir plenamente mi pensamiento, pero como soy muy testarudo sigo y sigo, volviendo sobre ellos constantemente.

 Creo sinceramente que en estos blogs míos que tengo abiertos son mucho más importantes eddie y futbolín que yo, porque ellos están cumpliendo una función absolutamente impagable.

 El mundo de la opinión política, gracias a Dios, es ancho y ajeno, y por el fluye continuamente un río desbordante de información, pero de información de la buena decisivamente determinante.

 Yo, ahora, a la vejez, viruelas, estoy aprendiendo más que a lo largo de toda mi vida y la única pena que me acomete cuando veo que tengo forzosamente que irme de este mundo, es todo lo que voy a dejar de leer y aprender.

 Apenas hace unas horas que me he considerado obligado a traer a la primera página de mis blogs informaciones absolutamente imprescindibles que ellos me han proporcionado.

 Pero mi vida, como animal individual, prosigue todavía y no me puedo resistir a tratar temas que, estoy de acuerdo con eddie en que son “temitas”, pero que también son los que impactan más dolorosamente mi corazón y lo mío, ya no me cabe duda alguna, que es un caso claro de inteligencia emocional, o sea que escribo sobre lo que me emociona, tenga o no más o menos importancia.

 Dicho de otra manera, voy a seguir escribiendo sobre ese tema quizá ya tan manido y sabido como es el problema catalán, ya que, para mí, no es Neymar el tema que preocupad a la prensa cavernaria, que ése ellos saben ya con toda la certeza del mundo que lo han finiquitado porque, tal como dije cuando escribí el Réquiem por Garzón, 3 años antes de que se consumara su muerte judicial, ahora también lanzo un “vae victis”, ay, por los vencido, ay por el Barça, porque estoy absolutamente seguro de que lo van a triturar a fondo, porque ELLOS, como buenos asesinos profesionales, saben hacer muy bien estas cosas.

 Pero decía al principio que nunca consigo explicar suficientemente lo que quiero decir.

 Yo no escribo sobre Neymar ni siquiera sobre el Barça sino sobre lo que la patria española está haciendo a un territorio que por su evolución natural y sociológica debe de ser independiente y conste que yo no soy catalán, ni vasco ni gallego, que, particularmente, me repatea cuando oigo a los locutores catalanes hablar para los demás en su idioma, pienso que se equivocan esencialmente porque cuando uno habla lo hace para hacerse entender y si te diriges en una lengua desconocida a tu auditorio estás cometiendo una enorme estupidez, si no quieres que entiendan lo que tú dices, no les hables y en paz.

 Pero llevo gritando desde que comencé a escribir por estos blogs que si hay un pueblo que debe de luchar por su independencia es el catalán porque es salvajemente despreciado, atacado y vejado por el resto de eso que hemos dado en llamar España.

 Creo que el catalán es un pueblo admirable, por su profundo sentido de la vida, por sus sanas costumbres milenarias, por su profundo amor a su esencia como pueblo, a su lengua, a su carácter, a su manera de ser, a lo que los filósofos alemanes nacionalistas llamaron el “volkgeist”, el espìritu de pueblo, de nación, sus señas irrenunciables de identidad, ellos son esencialmente distintos para todo, para hablar, para escribir, para pensar, para trabajar, para sentir, incluso para jugar al fútbol, el más pequeño de todos sus “temitas”.

 Y eso no gusta a la inmensa mayoría de los que se llaman a sí mismos “españoles”.

 Yo, no puedo remediarlo, tampoco me siento español, si ser español es eso que ahora estamos viendo por todos lados: ser canallescamente insolidario, no tener como persona ninguna dignidad, dejarse gobernar por una gente que nos desprecia como pueblo tan profundamente que ya ni siquiera lo ocultan, la hija del castellonense Fabra gritando con todas las venas del cuello hinchadas: «que se jodan, coño, que se jodan si no tienen para comer, porque los hemos dejado para siempre sin trabajo, si no tienen para vivir porque los estamos desahuciando de las casas que les hicimos creer que eran suyas y son nuestras, si les cortamos la luz y el agua, que surgen de sus fuentes comunales, si además los hinchamos a palos si se les ocurre protestar, coño, que se callen, ya lo digo que se jodan, porque son, todos ellos, una jodida chusma que no tiene ningún derecho a vivir, ¿qué quieren, que los consideremos personas?, pero sino lo son, coño, no son más que una chusma hambrienta, mal vestida, guarrra y olorosa como decía el otro día uno de sus fantoches a la puerta de un recinto donde se habían reunido las mujeres para protestar contra esa infame ley del aborto que el más infame e hipócrita de todos ellos ha pergeñado después de endeudar para siempre con sus faraónicos gastos a ese pueblo de idiotas esenciales que los vota sin parar: «ahora, chicas, todas a la ducha, que apestáis».

En fin, esto no es sino el máximo resumen de lo que quiero decir cuando intento escribir sobre Neymar y el Barça, ellos han tenido la inmensa desgracia de que un pueblo inerme, ultrajado sistemáticamente, humillado y ofendido hasta la saciedad, los haya elegido como sus símbolos y por eso son tan salvajemente perseguidos y denigrados y lo seguirán haciendo hasta que no quede rastro alguno de ellos, porque de lo que se trata realmente es de ejemplarizar el castigo a todos aquellos que no piensan como ELLOS,  que desean,con toda la razón del mundo, escapar de esta inhumana trampa en la que los tienen cogidos, porque saben que si los catalanes abren esa ansiada brecha por ahí se escaparán todos los que no quieren seguir siendo humillados y ofendidos por unos gobernantes ladrones y asesinos.